Bailes y Danzas.
BAILES Y DANZAS DE LA ZONA CENTRAL
En la zona central de nuestro país, las exposiciones folcloricas se vieron influenciadas por la colonizacion española asentandose algunos bailes hasta el día de hoy.
La cueca consagra como danza folclórica naciona, se práctica mucho más que en otras regiones, como mayor acentación en los estratos sociales.
Otros bailes típicos son el pequen, el sombrerito, la sajuriana y la mazamorra.
Tambien son protagonistas de esta zona los "corridos", las "polkas" y los "valses", que si bien se folclorizaron, viven en campos y ciudades.
La Tonada, el canto y la cueca caracterizan las expresiones musicales y folclóricas de esta zona.
Se extiende desde Santiago a Concepción. Es la zona huasa por excelencia. Sus valles templados y facilmente adaptables a la ganaderia, hicieron que los españoles tomaran el área antes mensionada como principal lugar de colonización, adaptando sus costumbres, sin fuertes cambios inmediatos. Sin embargo, las diferencias existentes las fueron transformando poco a poco en lo que son ahora.
El Conjunto de Proyeción Folclorica Cumbre de Condores, cuenta con un hermoso repertorio de Bailes y Danzas en el que se encuentran:
- LA SAJURIANA
- EL PEQUEN
- GOLPEADITA
- MAZAMORRA
- CHAPECAO DE A CUATRO
Tiene una estructura formada por dos partes: La Copla y el Estribillo, respectivamente.
Las parejas bailan separadas y con pañuelos enarbolados al aire, de arriba abajo. En esta danza, cada bailarín improvisa la cadencia de sus movimientos rítmicos. Se baila entre dos zapateando y escobillando el suelo, y al igual que en la “CUECA” también se usa pañuelo.
Esta danza fue traída de argentina por el Ejercito Libertador y aquí se introdujo en los salones aristocráticos, conservando por mucho tiempo el ritmo lento-vivo que observamos en la versión original recogida por CARLOS VEGA. Pero con el correr de los años, abandona los salones y pasa al pueblo, que la hace suya, y despojándola de sus galas aristocráticas se imprime el sello de vivacidad y gallardía que conserva hasta nuestros días.
Existe mucha diversidad en la forma de escribir el nombre de este baile, y así, lo encontramos bajo la denominación de “SIJURIA” “SAJURIANA y otros. Actualmente se la conoce por sajuriana, pudiendo escribirse indistintamente con “S” o con “Z”. La versión que acompañamos fue recogida por Margot Loyola y adaptada a la música “LOS PATOS”.
Danza popular en el siglo XIX. Aparece en argentina poco antes de 1815. En 1817 llega a chile desde CUYO, traída por el Ejercito Libertador del General San Martín.
El Pequen Gañán, originario de chiloé y el pequen campesino, bailado en la zona central.
Ambos guardan mucho parecido en algunos de sus pasos y figuras como así mismo en la actividad de los bailarines por lo cual solo explicaremos, el pequen campesino, basándonos en la versión de ISMAEL NAVARRETE, recogida por MARGOT LOYOLA en cauquenes.
Este baile está clasificado entre los “zoomorfos” porque en su interpretación se imitan los movimientos y características de un animal, en este caso el pequen, pajarillo de nuestros campos, de aspecto tímido, apocado. Tanto el varón como la dama, adoptan un aire vergonzoso y encogido, que en nuestro folclor se expresa con el término de “apequenado”.
Los brazos caen sin mayor gracia a los lados del tronco, moviéndolo con suave aleteo con elevación de los hombros en algunas figuras, la cabeza gacha, el pañuelo que cuelga de la mano, sin ondulación, y las piernas semiflectadas, colaboran para que los danzarines luzcan la actitud característica de esta danza.
El inicio del baile es cuando el varón elige a su compañera de baile y la lleva al centro de la pista. Ella simula, resiste la invitación y esconde su cara detrás del pañuelo. El primer movimiento que realizan tiene forma de ese (S) y luego cambian de lugar para luego volver a sus lugares de origen. La pareja que se junta en el centro, avanzan y retroceden realizando pasos hacia la derecha e izquierda; mientras el varón toma su pañuelo con las dos manos, y se la pasa por la espalda mirando a su pareja, ella esconde su rostro, mirándolo simuladamente.
Quedan nuevamente al centro, muy cerca el uno del otro, y con los brazos imitan el aleteo del pequen, mirando a todos lados como si buscaran algo, repiten los pasos para que el varón finalmente pase su brazo por el hombro de la dama llevándosela a su lugar.